No cabe duda que los libros tienen un poder incomparable.

Han sido capaces de darnos historia y memoria, de tallar perpetuamente nuestras fantasías y miedos, nuestros sueños y desprecios. Los libros han construido una hermandad inimaginable para nuestros ancestros que recién salían de África. Han hecho posible que las cavilaciones solitarias de algunos se comunicaran a otros y supiéramos que, en el fondo, todos vemos el mundo de formas semejantes.

Los libros, más que los hombres que los han escrito, han transformado mentes, establecido civilizaciones y avivado pasiones.

Los libros tienen poder


La Biblia, considerado el libro más vendido del mundo, es quizá uno de los textos que ha agitado las aguas más que ningún otro, puesto que sus directrices, sus dogmas y hasta sus incongruencias han moldeado la cultura de todo occidente y parte de oriente, creando, para bien o para mal (que eso lo decidan los demás), dos de las religiones monoteístas más grandes de la historia: el cristianismo y el islam.

¡Cuántas voces se han levantado, cuánto gritos se han prorrumpido, cuánta sangre ha corrido, desde que la Biblia salió a la luz!

La Biblia, el libro más vendido del mundo


La Metafísica de Aristóteles, libro imprescindible dentro de la filosofía, rompió con el esquema idílico y utópico del platonismo e hizo que se asentaran las raíces de la ciencia. Tanta fue su influencia que, en toda la Edad Media y parte del Renacimiento, se estudió, discutió, idolatró, se divulgó vertiginosamente y fungió como libro de cabecera para muchos intelectuales. Hoy, en pleno siglo XXI, su páginas siguen vigentes y no existe persona culta que no desee tener entre sus tesoros un ejemplar de este bellísimo volumen.

Además de la Metafísica, el Estagirita escribió otros textos de igual o mayor trascendencia: Partes de los animales, Marcha de los animales, Movimientos de los animales, Reproducción de los animales e Investigación sobre los animales, con los que aperturó un estudio serio y cuasi científico en el campo de la biología; y no nos olvidemos de Acerca del Alma, con el que inició la psicología, o Ética a Nicómaco y Ética eudemia, con los que puso el estudio de la moral y las relaciones humanas en el foco de la reflexión filosófica.


La Metafísica, libro imprescindible de la filosofía


Sobre las revoluciones (de los orbes celestes), escrito por Nicolás Copérnico en el siglo XVI, fue uno de los libros que iniciarían con la revolución científica y la revolución de la humanidad. Sumidos por más de mil años en el caos impuesto por Iglesia Católica, que defendía a ultranza la centralidad de la Tierra, éste libro fue una salvaguarda, una esperanza, una muestra de anarquía, ya que exponía nuestra pequeñez como criaturas en un sentido literalmente cosmológico (y de paso exponía también la pequeñez del Creador). Los hombres anhelaban luz, y los textos sagrados y las encíclicas de los santos padres no eran suficientes; eran menesteres la experiencia, la observación y el sano escepticismo. Luego llegaría, en 1632, Diálogo sobre los dos máximos sistemas del mundo, donde Galileo Galilei, fiel a la verdad, defendió gallardamente el heliocentrismo, y por el cual fue condenado al arresto domiciliario hasta sus últimos días. 

Todos los conocimientos que hoy dominan la astronomía deben su origen, casi por completo, a la publicación y estudio de estos libros.


La astronomía y la cosmología
no serían nada sin estos libros poderosos

Entre 1751 y 1772 se publicó en Francia la Encyclopédie, una de las obras monumentales de la humanidad, no solo porque abarca 17 volúmenes (más adelante se le agregarían 18 más) y 72.000 artículos, sino porque en ella se compilaron por primera vez, de forma crítica e independiente, todos los conocimientos más importantes de la época, pasando por la ciencia, la historia, la filosofía, la literatura y la religión. No se crea, sin embargo, que las oposiciones se hicieron esperar. La historia de este libro, como el de todos los textos trascendentales, estuvo plagada de persecuciones, censuras, muerte y mucho sufrimiento. En su novela Hombres Buenos, el español Arturo Pérez-Reverte detalla con elegancia cómo la adquisición de la Encyclopédie por parte de la Academia Española constituyó en sí misma una aventura de ficción, puesto que los poderes del estado, el clero y el establishment español del siglo XVIII veían con malos ojos a aquella obra e hicieron de todo para evitar su compra. Sobra decir que su animadversión no fue desatinada, puesto que dicho libro fue uno los principales incitadores de la Revolución Francesa.


Un libro muy peligroso


El 24 de noviembre de 1859, el naturalista inglés Charles Darwin publicaría la que es considerada una de las obras más importantes y más mal entendidas de todos los tiempos: El origen de las especies. El libro explicaba cómo todos los organismos vivientes descendían de ancestros comunes y cómo cada uno de ellos tenía que adaptarse al entorno en el que vivía para poder sobrevivir y tener descendencia. La idea era seductora pero también peligrosa. Considerar que todo ser viviente era producto de una evolución gradual y natural, quitaba protagonismo a la divinidad. Dios ya no era necesario.


Carátula de la primera edición
del Origen de la especies


Con este libro se inauguró una corriente y una forma de pensar diferentes. El hombre podía, si quería, descubrir la naturaleza de las cosas porque, a diferencia de lo que otrora se pensaba, ésta no era un misterio, sino una carta abierta, esperando a ser leída. Y el hombre podía aprender a decodificar los códigos, interpretar los mensajes y los secretos del mundo. Cada vez estábamos más cerca de la verdad.

Con la publicación de Las funciones nerviosas superiores en el hombre (1962), Alexander Luria lapidó por completo toda la tradición animista, la cual era defendida por el cristianismo, el cartesianismo y el psicoanálisis, dando al cerebro y a sus estructuras el lugar que merecían. El hombre es su cerebro. Nuestra personalidad, nuestros deseos, emociones y sentimientos se originan ahí, en esa masa gris que Aristóteles repelía. Y no es que cada función se localice en un área específica del encéfalo, como postulaba la frenología, sino que hay una distribución, una red, un conectoma que divide y unifica. Con este libro, todo lo humano se volvió objetivo, posible de ser medido, estudiado y curado. Nuestra especie por fin podía cumplir la máxima del oráculo de Delfos: "Conócete a ti mismo".


Una de las obras fundamentales
dentro de la Neuropsicología

En 2012 Lawrence Krauss publicó Un universo de la nada y expuso una de las teorías más excitantes de los últimos tiempos: el universo se hizo de la nada, de la pura oscuridad. Es posible que, a pesar de nuestra lógica simiesca que dicta que de la nada, nada se produce, la nulidad de materia haya sido la causante de nuestra existencia. Esto no significa, claro está, que seamos "nada", sino que somos productos de la "nada", de la no existencia y del vacío eterno. Algún día todos nosotros (incluidos el mundo que habitamos, la galaxia en donde transitamos y el universo que nos cobija) volveremos a ser nada, es decir, retornaremos a nuestra verdadera naturaleza.


"Lo que dice es devastador".
(Richard Dawkins)


Díganme ahora, después de este breve recorrido, si los libros no son poderosos. Si no son capaces de alterar nuestras emociones, nuestras ideas, de cambiar nuestras perspectivas y la historia misma. 

Si han sido capaces de encender la furia de los ignorantes y el desprecio a muerte de los más salvajes, algo de bueno y purificador deben de tener. Si han sido capaces de inspirar grandes proezas y dar esperanzas en medio del desorden y el caos, algo vivificador debe estar escondido dentro de ellos. Si han sido capaces de apasionar a las personas más exquisitas y dar paz a los más obsesivos y patológicos, no cabe duda que entre sus páginas se encuentra el antídoto contra el dolor y la desesperación. Es difícil precisar cuál sea el poder de los libros, pero cada vez que alguien abre uno y lo lee alcanza la ataraxia, el nirvana, el clímax, el único grado de espiritualidad respetable que todo ser humano merece experimentar.


Quema de libros perpetrado por el franquismo. 
Una imagen dolorosa.



Huánuco, 23 de abril de 2022